lunes, 27 de octubre de 2014

Sisifo y la Nacionalizacion del Petroleo. 1969


Hace 45 años, un día como hoy, el 17 de octubre de 1969, el administración cívico - militar  gobernante emitió un decreto que dictaminaba la nacionalización de las concesiones petrolíferas entregadas a la estadounidense Gulf Oil en favor del Estado.
El entonces presidente  Gral. Alfredo Ovando Candía afirmó que a la compañía no se le pagaría “ni un centavo de indemnización por el gas ni el petróleo porque son riquezas del pueblo boliviano”.
El Mandatario explicó en su mensaje luego de la firma que la medida se asumió tras un profundo análisis a la condiciones que tenia la petrolera estadounidense, cuyas en el territorio, actividades estaban normadas en “desmedro del país” por el Código del Petróleo. Los antecedentes históricos de dicha medida datan de 1956, en pleno gobierno del MNR donde la enorme crisis fiscal reinante obligo al entonces presidente Víctor Paz Estenssoro a firmar el Código Davenport o “del petróleo”. Nombre del estudio jurídico norteamericano que lo redactó, calificado como “el mas liberal del planeta".
Esta disposición que permitía prácticamente obsequiar los recursos petroleros bolivianos a los intereses extranjeros, echaba por tierra  la ejemplar medida adoptada el  13 de Marzo de 1937 por la cual, el General David Toro que nacionalizaba por primera vez el petróleo boliviano entonces en manos de la Standard Oil (posteriormente esta empresa se convirtió en la Gulf) transnacional que en un extremo gesto antinacional, se negó a proporcionar petróleo a las fuerzas armadas de la Nación en plena guerra del Chaco.
La Stardard Oil no solo defraudó al estado las miserables  regalías que pagaba, sino también vendía de contrabando el petróleo boliviano a la Argentina y probablemente al entonces adversario bélico de la nación, el estado Paraguayo.
El proceso iniciado por el entonces presidente José Luis Tejada Sorzano “por traición a la patria” alentado desde las trincheras del Chaco por los intelectuales post guerra y ex Presidente German Busch en medio de la ruina económica de Bolivia culminó con el pago de 1.7 millones de dólares en 1942 a la Standard Oil.
“Ha concluido para los bolivianos el tiempo del desprecio (...).                
El Gobierno Revolucionario ha dictado un decreto por el que el Estado recupera al fin las concesiones que tan ominosamente se otorgaran a la Bolivian Gulf Oil Company y por el cual además se nacionalizan todos su bienes” dijo el Gral. Ovando.
El 16 de Abril de 1968, se dejaba sin efecto el famoso código Davenport y finalmente el 26 de septiembre de 1969, el Código fue derogado como una de las primeras normas aprobadas del gobierno de Ovando porque era “contrario a los intereses nacionales”. Ante esto, la Bolivian Gulf Oil paralizó la exportación del crudo boliviano desde el puerto chileno de Arica y el Banco Mundial (BM) suspendió un préstamo ya concedido a Bolivia.
El entonces ministro de Minas y Petróleo, Marcelo Quiroga Santa Cruz, denunció presión imperialista de parte de la compañía norteamericana contra el gobierno de Ovando. La acusó de ejercer chantaje de orden político y económico por evitar que el propio Banco Mundial financie el 50% del gasoducto Santa Cruz-Yacuiba.
Ante ese panorama, se consolidó la nacionalización de la Gulf Oil. Ese día, Ovando anunció que el 90% del gas boliviano que se hallaba bajo el dominio de la Bolivian Gulf Oil servirá para el desarrollo de las refinerías y la siderurgia, con carácter prioritario.
El hecho histórico tiene matices notables y poco conocidos. Desde el soborno de la Gulf Oil al fallecido ex - presidente Rene Barrientos Ortuño hasta la curiosa participación del gobierno chileno para preservar el gasoducto de Sica Sica - Arica.  
El subcomité de relaciones internacionales del senado norteamericano probó en 1975  (Senador Walter Wilds - Capitulo C, Bolivia, publicado en 1977) que en 1966 un soborno de 460 mil dólares fue entregado a miembros del gobierno de Barrientos Ortuño (elegido constitucionalmente en 1966) y un helicóptero Farichail Hiller SL pagado en 3 cheques  a cambio de construir “como propietario de la Williams Brothers” un gasoducto de Santa Cruz a Yacuiba y explotar los nuevos yacimientos de gas boliviano. El negociador de la Gulf fue Clifford W. Peery
Y la suma de 1.8 millones de dólares adicionales, puesto que era evidente el descubrimiento de nuevas reservas de 4.6 billones pies cúbicos en Caranda y Colpa, sería entregada, cuando la primera venta de gas a la Argentina fuera efectuada.  Javier Alcoreza Melgarejo, ministro de Hacienda de Barrientos recibía los montos de 180 mil dólares cada mes. Este funesto Coronel de ejercito, luego comandante del colegio militar, permitió a cambio de dineros, en un gesto abominable, ordenó con disimulo la condonación de 3 millones de dólares que el estado boliviano había establecido como multa a la Gulf Oil. YPFB poseía entonces tan solo el 9.5% de los de los campos petroleros bolivianos.
Y fue la propia cancillería Chilena quien impidió que el gasoducto Sica Sica - Arica (que no estaba contemplado en el decreto de la nacionalización) se devolviera al estado Boliviano, puesto que este fue considerado “Propiedad soberana de la republica de Bolivia y que su uso era un asunto de gobierno a gobierno” e impidió que se enajenara a la Gulf Oil en 1966 y 1969.
Gestiones de alto nivel con el gobierno argentino en la que participó Quiroga Santa Cruz y el Embajador Justo Rodas Eguino, permitieron la construcción  y la soberanía (luego confiscada) del gasoducto a la Argentina, cerrando inclusive las válvulas y preservando en los tanques de YPFB el petróleo sobre abarrotado por la falta de mercados como demostró el investigador Rene Rocabado Alcocer.
La Gulf Oil hasta 1965 extrajo 220 millones de barriles por un valor de 360 millones de dólares, de los cuales el Estado recibió solo 39 millones por concepto de regalías. Producto del hecho, la multinacional exigió una indemnización de más de 150 millones de dólares. Ovando presionado aprobó, en septiembre de 1970, el pago de la compensación por 101,09 millones, del cual se dedujo como impuesto 78,62 millones de dolares, pero la riqueza petrolera se mantuvo en manos bolivianas, hasta el advenimiento de los gobiernos liberales.

Que, la constitución política del estado prescribe que, “Todas las empresas establecidas para explotaciones, aprovechamiento o negocios en el país se considerarán nacionales y estarán sometidas a la soberanía, a las leyes y a las autoridades de la República”;
Que, la empresa boliviana Gulf Oil Company se ha constituido en un nuevo SUPERESTADO, que dispone de un poder económico y político superior al del Estado boliviano, incompatible con el principio y la práctica de la soberanía nacional;
Que, los Mandatos Revolucionarios que, en nombre del pueblo de Bolivia, han dado las Fuerzas Armadas de la Nación a este Gobierno, señalan el deber de “Asegurar la soberanía de la Nación sobre las fuentes de producción del país. En resguardo de este objetivo, recuperar las riquezas nacionales”;
Que, el Gobierno Revolucionario ha derogado el Código del Petróleo, norma legal reguladora de la explotación de los hidrocarburos nacionales redactada por abogados dependientes de las empresas petrolíferas privadas extranjeras e impuestas al país a través de gobiernos seudo-nacionalistas-para asegurara la empresa Bolivian Gulf Oil Company un margen de utilidad y de impunidad que comprometen gravemente el interés económico y la dignidad nacional;
Que, el pueblo boliviano, en todas sus actividades y sectores sociales ha tomado conciencia de la necesidad de proceder a la nacionalización de los bienes de Bolivian Gulf Oil Company, y ha exigido la adopción inmediata de esta medida;
Firman:
Alfredo Ovando Candia, José Luis Roca.  Alberto Baily Gutiérrez, José Ortiz Mercado, Juan Ayoroa Ayoroa, David La Fuente Soto, Mariano Baptista Gumucio, Jaime Paz Soldán Pol, Alberto Bailey Gutiérrez, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Edmundo Valencia Ibañez, José Luis Roca García, Mario Rolón Anaya, Walter Arzabe Fuenteizas, León Kolle Cueto, José Ortiz Mercado, Oscar Bonifaz Gutiérrez, Juan José Torres Obleas.”
                                                                                                                                                                       Mi padre Raúl Alcázar Velasco (Sisifo) ejercia en esos dias, como subsecretario de Salud Publica