lunes, 17 de agosto de 2015

Estoy pensando en el mar....







La iniciativa del primer mandatario de reunir a los ex-presidentes que aun no habían integrado el equipo de la causa marítima boliviana luego de recibida la nota del Vaticano en la que el Sumo Pontífice le hace saber a Bolivia que cuenta con “Su cercanía y servicio para lo que pueda ser de utilidad” ha generado una vigorosa contra propuesta boliviana de gran audacia diplomática:  El re - establecimiento de embajadores aquí y ahora, para  negociar una salida soberana (con el aval del Santo Padre) al Pacifico, en un tiempo máximo de 5 años. Para La Moneda, el planteamiento es “inaceptable” porque vulnera algunos de los ejes hasta ahora intocables de su política exterior. Sin embargo el progreso de los eventos, ha dejado a la diplomacia chilena en una intrincada paradoja .
Chile repite no tiene temas pendientes con Bolivia y Bolivia ha expresado con claridad que existen temas pendientes entre ambos estados, de lo contrario, entre ambas naciones habrían relaciones diplomáticas entrañables y  fraternas, como las que mantiene con todos los países del mundo, menos con Chile
Un testimonio irrefutable que demuestra esta realidad son las declaraciones publicas del barbado senador estadounidense – chileno Juan Pablo Letelier (hijo del asesinado por la dictadura, embajador Orlando Letelier) miembro de la comisión de relaciones exteriores del senado quien hace unas horas expreso como respuesta a las observaciones bolivianas a la conducta publica del Cónsul General (chileno en La Paz) Milenko Skoknic “El presidente de Bolivia es un mal vecino, él rompió relaciones con Chile”
Los contratiempos diplomáticos entre ambas naciones hermanas han sido, son y seguramente serán ásperos en el futuro. El hecho habla claramente de que ambos estados tienen aun temas delicados pendientes.
Un incidente de esa proporción, debió tener (por parte del estado afectado) una respuesta por la vía diplomática, reflexiva, seria y formal, solicitando a la cancillería boliviana una explicación razonable y no una perogrullada tan imprudente. Tendrá razones serias Bolivia para expresar su desacuerdo con el actuar publico del señor Cónsul General y con seguridad, la cancillería boliviana expresará por la vía diplomática su desacuerdo.

Chile ha hecho publico que no aceptará la “mediación” de terceros (ni siquiera la del Vicario de Cristo) en el asunto marítimo boliviano, menos aún cuando hay un caso pendiente en la Haya, por considerarlo una gestión bilateral. 
¿Acaso Santiago tiene algún tema pendiente con Bolivia para evitar considerar la asistencia y el generoso aval del Vaticano?  ¿O la causa marítima boliviana es un mito patrocinado por el Pontificado?
Sorprende de cualquier modo, el interés manifiesto del ex presidente Ricardo Lagos en desacreditar al Pontífice:  “El Papa es bastante espontáneo, (pero) está preocupado de otras cosas". "Creo que tampoco hay que pedirle que se convierta en un estadista ducho en temas internacionales", cuando es publico el objetivo del Estado Vaticano de  resolver “Diferencias seculares de larga data entre estados y comunidades”

El Pontífice ha manifestado públicamente su interés “En la solución pacífica a los conflictos entre países hermanos, que todos los problemas, por “espinosos” que sean, tienen soluciones compartidas, razonables, equitativas y duraderas” y que  “El dialogo es indispensable”.  
Si al Pastor Universal le preocupa que haya “conflictos entre países hermanos”, y sus palabras y deseos no han sido aclarados (menos desmentidos) por la secretaría del Estado Vaticano, ni por la Santa Sede, algún argumento valido debe tener para detentar algún rol en la materia.
Santiago ha replicado casi simultáneamente como una salida a la exhortacion papal que (Chile)  “Tiene la mejor disposición de acercarse con Bolivia”, y que está disponible para restablecer relaciones diplomáticas de inmediato y sin condiciones”
A favor del argumento publico de que Bolivia mantiene diferencias con Santiago, hay 11 resoluciones de la OEA y otras tantas de foros internacionales a lo largo de los últimos 50 años en “aras de la fraternidad americana “ a las que se suma el “Acta de los 12 intelectuales de Lovaina” (Monde Diplomatique, Chile, 2014) a favor de la reintegración boliviana al  pacifico.   
Es interesante reexaminar el razonamiento jurídico boliviano en La Haya:
La voluntad que expresa unilateralmente un Estado para comportarse de determinada manera, conceder algún derecho o comprometer alguna prestación. La promesa crea, en lo que respecta a su autor, la obligación de comportarse conforme a los términos de lo ofrecido. El destinatario tiene el derecho de exigir del autor que respete su promesa, la que es irretractable cuando constituye derechos a favor de otro Estado.
La promesa es válida independientemente de que sea aceptada o no formalmente por el otro Estado. Es decir, se trata de un derecho latente no perfeccionado.  (“El pacta sunt servanda y la promissio est servanda” Ramiro Orías, 2015)
¿Será prudente afirmar por parte de Chile que el asunto es estrictamente bilateral y que el aval del Vaticano o el de líderes las naciones amigas o de organismo multilaterales para patrocinar un clima favorable de dialogo entre ambas naciones sea considerado inaceptable?

En La Haya, Santiago alegó que “Los ofrecimientos que hizo a Bolivia no acabaron en un acuerdo entre partes, que no pueden generar derecho alguno, ya que si lo hicieran se restringiría la facultad de los países de explorar soluciones innovadoras a sus problemas internacionales”.
Que la Corte Internacional de Justicia “Debe inhibirse de actuar, dada la naturaleza “osada” de la demanda boliviana, que de admitirse tendría el potencial de desordenar el ordenamiento jurídico internacional y cuestiona su competencia”, a pesar que el 49% de los chilenos considera que el camino elegido por Chile, concluirá en un quebranto y un nuevo menoscabo para la diplomacia chilena.
“A Chile le ha ido mejor con las armas que con la diplomacia” (Jorge Sabag, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de diputados, 2015) Chile no tiene amigos en el vecindario inmediato y nunca los tendrá (Andrea Castillo 2014)
La tesis que defendía Santiago (hasta ahora) es que el tribunal no tiene la competencia para abrir un proceso acordado y concluido en 1904 con el tratado limítrofe, ya que según considera el estatuto del tribunal, no tiene la jurisdicción para tomar casos que se hayan resuelto con anterioridad a la creación de la corte, en 1948.



A pesar de esa férrea línea diplomática, la cancillería chilena por medio de sus emisarios, los ex – presidentes, le ha hecho saber sutilmente al mundo en general y a Bolivia en particular que, para llegar a un acuerdo, tenemos que preguntarle primero a Perú en una tacita aceptación del fallo favorable a Bolivia en La Haya.  A buen entendedor, la republica de Chile esta de acuerdo, el litigio en La Haya es innecesario, solo hay que preguntarle a Perú. Esa es la correcta lectura del “mensaje"
Finalmente en una ultima contradicción con su eje doctrinal, hacen unas horas el señor canciller de Chile luego de haber expresado seriamente hacen unos días que: Aquí se requiere una sola cosa, voluntad política, y Chile la tiene”,  frente a la dudas personales del primer mandatario boliviano respecto a la conducta publica del Cónsul general de Chile en Bolivia ha manifestado exasperado: “Qué más se puede decir: nos vemos en La Haya".
¿Acaso para Chile, el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya por obra y gracia de Bolivia inesperadamente es idóneo para tratar la consulta boliviana?
Fenómenos bolivianos que permiten arrinconar, hasta la incomodidad de sus dignatarios, a las relaciones exteriores chilenas. El pueblo chileno no merece una doctrina diplomática tan dual, despistada y pendular y con tantas insinuaciones en la región. Ni la cancillería chilena debiera prestar una inclinación tan marcada a las algunas veces tan desenvueltas, declaraciones del primer mandatario boliviano.
El siglo XXI debe ser un siglo de relaciones bilaterales pragmáticas, respetuosas y con capacidad de escuchar y acoger las propuesta del otro. Y en ese panorama se debe determinar una posible solución al centenario enclaustramiento boliviano… lo menos estudiar una idea a considerar seriamente. (Pablo Jofre, Santiago 2014)
Los esfuerzos del Vaticano, de las naciones amigas de ambos pueblos, del empeño interamericano y de la voluntad autónoma de ambas naciones deberían crear a la brevedad las condiciones necesarias para disponer un amigable, abierto y accesible dialogo entre nuestros estados, fuera y a pesar de La Haya.
Enterremos por fin en el olvido a los héroes (de las tres naciones) de la absurda y descabellada guerra del salitre por la que se enfrentaron nuestros pueblos.

…. Estoy pensando en el mar, dijo Su Santidad.