La iniciativa del primer mandatario
de reunir a los ex-presidentes que aun no habían integrado el equipo de la
causa marítima boliviana luego de recibida la nota del Vaticano en la que el
Sumo Pontífice le hace saber a Bolivia que cuenta con “Su cercanía y servicio para lo que pueda ser de utilidad” ha
generado una vigorosa contra propuesta boliviana de gran audacia diplomática: El re - establecimiento de embajadores aquí y
ahora, para negociar una salida soberana
(con el aval del Santo Padre) al Pacifico, en un tiempo máximo de 5 años. Para
La Moneda, el planteamiento es “inaceptable” porque vulnera algunos de los ejes
hasta ahora intocables de su política exterior. Sin embargo el progreso de los
eventos, ha dejado a la diplomacia chilena en una intrincada paradoja .
Chile repite no tiene temas
pendientes con Bolivia y Bolivia ha expresado con claridad que existen temas
pendientes entre ambos estados, de lo contrario, entre ambas naciones habrían
relaciones diplomáticas entrañables y
fraternas, como las que mantiene con todos los países del mundo, menos
con Chile
Un testimonio irrefutable que
demuestra esta realidad son las declaraciones publicas del barbado senador
estadounidense – chileno Juan Pablo Letelier (hijo del asesinado por la
dictadura, embajador Orlando Letelier) miembro de la comisión de relaciones
exteriores del senado quien hace unas horas expreso como respuesta a las
observaciones bolivianas a la conducta publica del Cónsul General (chileno en
La Paz) Milenko Skoknic “El presidente de Bolivia es
un mal vecino, él rompió relaciones con Chile”
Los contratiempos diplomáticos entre ambas naciones
hermanas han sido, son y seguramente serán ásperos en el futuro. El hecho habla
claramente de que ambos estados tienen aun temas delicados pendientes.
Un incidente de esa proporción, debió tener (por
parte del estado afectado) una respuesta por la vía diplomática, reflexiva,
seria y formal, solicitando a la cancillería boliviana una explicación
razonable y no una perogrullada tan imprudente. Tendrá
razones serias Bolivia para expresar su desacuerdo con el actuar publico del señor
Cónsul General y con seguridad, la cancillería boliviana expresará por la vía
diplomática su desacuerdo.
Chile ha hecho publico que no aceptará la
“mediación” de terceros (ni siquiera la del Vicario de Cristo) en el asunto
marítimo boliviano, menos aún cuando hay un caso pendiente en la Haya, por
considerarlo una gestión bilateral.
¿Acaso Santiago tiene algún tema pendiente con
Bolivia para evitar considerar la asistencia y el generoso aval del
Vaticano? ¿O la causa marítima boliviana
es un mito patrocinado por el Pontificado?
Sorprende de cualquier modo, el interés manifiesto
del ex presidente Ricardo Lagos en desacreditar al Pontífice: “El Papa es
bastante espontáneo, (pero) está preocupado de otras cosas". "Creo
que tampoco hay que pedirle que se convierta en un estadista ducho en temas
internacionales", cuando es publico el objetivo del Estado Vaticano de resolver “Diferencias seculares de larga data
entre estados y comunidades”
El Pontífice ha manifestado
públicamente su interés “En la solución
pacífica a los conflictos entre países hermanos, que todos los problemas, por
“espinosos” que sean, tienen soluciones compartidas, razonables, equitativas y
duraderas” y que “El dialogo es
indispensable”.
Si al Pastor Universal le preocupa
que haya “conflictos entre países hermanos”, y sus palabras y deseos no han
sido aclarados (menos desmentidos) por la secretaría del Estado Vaticano, ni por la Santa Sede, algún argumento
valido debe tener para detentar algún rol en la materia.
Santiago ha replicado casi
simultáneamente como una salida a la exhortacion papal que (Chile) “Tiene la mejor
disposición de acercarse con Bolivia”, y que está disponible para restablecer
relaciones diplomáticas de inmediato y sin condiciones”
A favor del argumento publico de que Bolivia
mantiene diferencias con Santiago, hay 11 resoluciones de la OEA y otras tantas
de foros internacionales a lo largo de los últimos 50 años en “aras de la
fraternidad americana “ a las que se suma el “Acta de los 12 intelectuales de
Lovaina” (Monde Diplomatique, Chile, 2014) a favor de la reintegración
boliviana al pacifico.
Es interesante reexaminar el razonamiento jurídico
boliviano en La Haya:
La voluntad que expresa unilateralmente un Estado
para comportarse de determinada manera, conceder algún derecho o comprometer
alguna prestación. La promesa crea, en lo que respecta a su autor, la
obligación de comportarse conforme a los términos de lo ofrecido. El
destinatario tiene el derecho de exigir del autor que respete su promesa, la
que es irretractable cuando constituye derechos a favor de otro Estado.
La promesa es válida independientemente
de que sea aceptada o no formalmente por el otro Estado. Es decir, se trata de un derecho
latente no perfeccionado. (“El pacta sunt
servanda y la promissio est servanda” Ramiro Orías, 2015)
¿Será prudente afirmar por parte de
Chile que el asunto es estrictamente bilateral y que el aval del Vaticano o el
de líderes las naciones amigas o de organismo multilaterales para patrocinar un
clima favorable de dialogo entre ambas naciones sea considerado inaceptable?
En La Haya, Santiago alegó que “Los ofrecimientos que hizo a Bolivia no acabaron en un
acuerdo entre partes, que no pueden generar derecho alguno, ya que si lo hicieran
se restringiría la facultad de los países de explorar soluciones innovadoras a
sus problemas internacionales”.
Que la Corte Internacional de Justicia
“Debe inhibirse de actuar, dada la naturaleza “osada” de la demanda boliviana,
que de admitirse tendría el potencial de desordenar el ordenamiento jurídico
internacional y cuestiona su competencia”, a pesar que el 49% de los chilenos
considera que el camino elegido por Chile, concluirá en un quebranto y un nuevo
menoscabo para la diplomacia chilena.
“A Chile le ha ido mejor con las armas
que con la diplomacia” (Jorge Sabag, presidente de la Comisión de Relaciones
Exteriores de la Cámara de diputados, 2015) Chile no tiene amigos en el
vecindario inmediato y nunca los tendrá (Andrea Castillo 2014)
La tesis que defendía Santiago (hasta
ahora) es que el tribunal no tiene la competencia para abrir un proceso
acordado y concluido en 1904 con el tratado limítrofe, ya que según considera
el estatuto del tribunal, no tiene la jurisdicción para tomar casos que se
hayan resuelto con anterioridad a la creación de la corte, en 1948.
A pesar de esa férrea línea
diplomática, la cancillería chilena por medio de
sus emisarios, los ex – presidentes, le ha hecho saber sutilmente al mundo en
general y a Bolivia en particular que, para llegar a un acuerdo, tenemos que
preguntarle primero a Perú en una tacita aceptación del fallo favorable a
Bolivia en La Haya. A buen entendedor, la
republica de Chile esta de acuerdo, el litigio en La Haya es innecesario, solo
hay que preguntarle a Perú. Esa es la correcta lectura del “mensaje"
Finalmente en una ultima
contradicción con su eje doctrinal, hacen unas horas el señor canciller de
Chile luego de haber expresado seriamente hacen unos días que: Aquí se requiere una sola cosa, voluntad política, y Chile la tiene”, frente a la dudas personales del primer
mandatario boliviano respecto a la conducta publica del Cónsul general de Chile
en Bolivia ha manifestado exasperado: “Qué más se puede decir: nos vemos en La
Haya".
¿Acaso para Chile, el Tribunal Internacional de
Justicia de La Haya por obra y gracia de Bolivia inesperadamente es idóneo para
tratar la consulta boliviana?
Fenómenos bolivianos que permiten arrinconar,
hasta la incomodidad de sus dignatarios, a las relaciones exteriores chilenas. El pueblo chileno no merece una doctrina
diplomática tan dual, despistada y pendular y con tantas insinuaciones en la región.
Ni la cancillería chilena debiera prestar una inclinación tan marcada a las
algunas veces tan desenvueltas, declaraciones del primer mandatario boliviano.
El siglo XXI debe ser un siglo de relaciones bilaterales pragmáticas,
respetuosas y con capacidad de escuchar y acoger las propuesta del otro. Y en
ese panorama se debe determinar una posible solución al centenario
enclaustramiento boliviano… lo menos estudiar una idea a considerar seriamente.
(Pablo Jofre, Santiago 2014)
Los esfuerzos del Vaticano, de las
naciones amigas de ambos pueblos, del empeño interamericano y de la voluntad
autónoma de ambas naciones deberían crear a la brevedad las condiciones
necesarias para disponer un amigable, abierto y accesible dialogo entre
nuestros estados, fuera y a pesar de La Haya.
Enterremos por fin en el olvido a los
héroes (de las tres naciones) de la absurda y descabellada guerra del salitre
por la que se enfrentaron nuestros pueblos.
…. Estoy pensando en el mar, dijo Su
Santidad.