viernes, 8 de junio de 2018

Chile, Fuerza Aerea Sin Soberania



La temible fuerza aérea chilena cuenta oficialmente con 16 aviones Northop F 3-E  adquiridos en 1976  con los misiles AAM Derby, de origen israelí, casco Dash III,  sistema de guerra electrónica mejorado y sonda de re - aprovisionamiento en vuelo que sufrieron enormes recortes con la enmienda de Edward Kennedy en la época de Pinochet  y que fueron mejorados desde 1994 por EANER en Chile con tecnología provista por IAI de Israel. Aun formidables y estacionados en Punta Arenas ya están en fase de jubilación. Los mas antiguos A-37, casi de 50 años luego de recibirlos fueron “vendidos”al El Salvador por 8.5 millones de dólares en el 2013.
46 aparatos  F-16, de los mas combativos del mundo, 36 MLU de ellos adquiridos por 600 millones de dólares, de Holanda de segunda mano (2000 al 2008) donde sirvieron por 30 años que fueron sometidos recientemente a un re acondicionamiento PACER AMSTEL que incluye un intenso desarme y re - cableado en la base área de Santiago y en plenas tratativas con la israelí ELBIT para incorporarles el radar AESA, el soporte electrónico ESM,  pero hasta hoy sin la capacidad de lanzar misiles anti-radar AGM-45 Shrike, que las autoridades estadounidenses no querían que se introdujese en América del Sur.
Y 10 nuevos aviones F-16 block 50 C/D con la condición impuesta por EEUU de que cierto número de cambios se debían hacer al software de la aeronave, configuración del radar, cableado y cockpit. Se removió la capacidad de disparar misiles aire-aire de guía por radar AIM-120 AMRAAM y armas antiradiación como el Shrike y el Harm, o de llevar bombas nucleares. Una vez que fueron entregados, Estados Unidos autorizó la venta de 28 guías de lanzador de LAU-129/A para misiles AIM-9 Sidewinder AAMs y AIM-120 y AMRAAM, pero hasta hoy solo unos pocos le fueron entregados. Chile pidió 100 de ellos más tarde en 2009 pero los norteamericanos no aprobaron el acuerdo. Hasta la fecha, ningún AIM-120 han sido entregados a Chile.(Henk Effing - Air Forces Monthly (AFM) - Noviembre del 2011)
En Septiembre de 2017 los Estados Unidos adjudicaron a la Lockheed Martin un contrato de servicios de ingeniería y de apoyo técnico para la flota de F-16 de la fuerza aérea chilena. El acuerdo tiene por finalidad incrementar el conocimiento técnico y las capacidades de sostenimiento de estos caza bombarderos de cuarta generación y beneficia, además de Chile, a las fuerzas aéreas de Bahrein, Egipto, Jordania, Indonesia, y otros. El contrato, de 47,8 millones de dólares, se realiza también como los aviones a través del programa de Ventas Militares Extranjeras (FMS).  De acuerdo a las cláusulas del acuerdo, se espera que Lockheed Martin entregue esos servicios hasta el 30 de junio de 2020.

Chile gastó la friolera de 1.400 millones de dólares en toda la operación, pero nunca firmo un contrato con EEUU y ni los aviones ni su parque le pertenecen. La figura legal acordada seria la de una especie de “cesión de uso” con restricciones mayores y con la obligación chilena de devolver las maquinas y su armamento si existiera algún incumplimiento sin reembolso. (Carta LOA). 
La fuerza aérea chilena no puede usar los F - 16 sin pedir previamente autorización a Washington y es sometida a vigilamcia las 24 horas por medio de un sistema EEUM o “monitoreo del usuario” por parte de personal norteamericano, que incluye observación digital a distancia de los aviones y del lugar del almacenamientos de su armamento. 
Chile dispone de 103 AMRAAM, en sus almacenes, pero  los pueden usar solo cuando los gringos decidan.
En resumen la fuerza aérea chilena no ejerce soberanía ni siquiera dentro de las bases aéreas en las que se almacenan "sus F - 16" , aún cuando estas se encuentren en territorio chileno, en las fronteras con Bolivia y Peru. (Cerro Moreno en Antofagasta y Los Cóndores de Iquique)  Esos controles son ejercidos por EEUU tanto sobre el empleo de los aviones, así como sus condiciones de almacenamiento en las bases aéreas del norte chileno. Y por consiguiente es posible inferir que Chile esta imposibilitada  de usarlos con sus “adversarios” limítrofes (sin autorización de Washington) lo que los convierten en una suerte de avioncitos de juguete.

Al no existir un contrato de compra-venta, sino una carta de oferta y acuerdo (LAO) con el sistema Foreign Military Sales (FMS) de Estados Unidos, Chile no goza de libre disponibilidad y el uso de las aeronaves  y su operación esta estrictamente supeditada a la aprobación norteamericana.  Las limitaciones estarían referidas principalmente al uso de los misiles aire-aire de largo alcance AIM-120 AMRAAM  y las bombas guiadas por GPS JDAM. (Jose Higuera - ANSA Latina - Abril 2018) 
Versiones militares establecen inclusive que La FACH nunca habría probado el funcionamiento de los sistemas de armas relevantes de los F 16, ni siquiera las bombas que le cuestan sólo US $ 30 mil la unidad. Y las que se ven en las fotografías, tomadas el 4 de Julio reciente en el aniversario dl grupo N8 de la V brigada aérea en Antofagasta son solo versiones de entrenamiento básico sin motor ni carga explosiva pero que son útiles en la señalización electrónica de los blancos (Editor de “El Periodista” -  Chile -Marzo 2018) 
La única ocasión en la que la fuerza aérea de Chile ha instalado estos misiles activos fue en Enero del 2013 para la Cumbre de la CELAC, del Caribe y la Union Europea y probablemente estaría en negociaciones para usar sus F 16 plenamente armados  junto con el  Boeing 707 “Cóndor” (piloteados por chilenos) para cooperar con la seguridad de altos dignatarios de la cumbre del G20 a realizarse en Argentina en Agosto acogiéndose al acuerdo de la “Fuerza de Paz Binacional Cruz del Sur” auspiciada por la ONU.



Santiago debe gastar 120 millones de dólares anuales para financiar las horas de vuelos del equivalente a 1,5 piloto por avión. Estas operaciones son posibles por los recursos del 10% de la venta total del cobre destinado exclusivamente a armamento de sus fuerzas armadas. Por ejemplo, 1000 millones de dólares en el 2013 y tiene “guardados” la enorme suma de 4 mil quinientos millones de dólares de libre disponibilidad reservados en previsión para una futura compra de armas. (Oriana Miranda - Diario U Chile - Octubre, 2013) 
A pesar de tal sumisión, el mundo considera a Chile un referente desde el punto de vista económico y los chilenos alardean de una credibilidad indeclinable desde el punto de vista político e institucional.
Teóricamente, las Fuerza Area chilena con sus magníficos F16 son solo  “administradoras de los aviones y su arsenal que pertenecen al parque de  los EEUU en ultramar” y todo indicaría que posee muy limitado derecho a voto y no puede ser sujeto de plena soberanía con los aparatos. 
No se puede llamar soberano a un territorio o a un simple avión de un Estado que tiene la obligación de reintegrarlo  por incumplimiento a otro, bajo su estricta vigilancia. Y si no hay autodeterminación y gobierno, tampoco soberanía. Chile sueña algo así para negociar con Bolivia después del fallo de La Haya, ya sabemos porque.

Servidumbres chilenas que se repiten en la historia en la que Santiago por ejemplo, entrego información adquirida desde sus grandes radares en Punta Arenas al buque insignia ingles al mando de Comodoro Woodworth de la actividad aérea argentina en la guerra de las Malvinas, en la que “Chile hizo todo lo posible para que Argentina fuese derrotada” (Gral. Fernando Mathei).  
Miserias chilenas, “un ejemplo republicano y democrático en la región” ¡Oh, my God!