Cuando era mas chico, alguien ofreció en mi casa una cámara de fotos para vender. Era un maquina reflex, de 35mm de una marca muy conocida, nueva, a buen precio, una buena oportunidad. Toda la familia se movilizó para reunir mas de 500 dólares, y en un par de horas la cámara estaba en casa. Con los años caí en cuenta que repetir la hazaña no resultaba tan sencillo. Que reunir esa cifra rápidamente era prácticamente imposible, es que a lo largo de los últimos 50 años, la mayor parte de los bolivianos hemos vivido inquietudes económicas. Las estrecheces fueron siempre el parte de la vida diaria nacional. Cuentan las madres y abuelas que en los días de la “Revolución Nacional” en medio de la efervescencia nacionalista, una gran parte de la jornada la dedicaban a seguir las interminables colas para obtener la ración básica para comer apenas en el día. Por algo similar también pasamos durante el “entronque histórico” de la tristemente celebre UDP (a mediados en los 80) cuando los ahorros de toda la vida de nuestros padres y abuelos en el sistema bancario nacional súbitamente dejaron de ser significativos al convertirse de un día para el otro en pequeñas sumas casi anecdóticas. La inflación era del 20.000% anual.
Solo en algunos periodos Bolivia ha registrado gran bonanza económica. El ciclo de la gran minera andina, la minería mediana -porque la grande ya estaba nacionalizada - el gobierno de Hugo Banzer hasta 1978 (cuando sucedió el asunto de la cámara de fotos) y buena parte de estos años del gobierno del presidente Morales.
Es duro disponer en un par de horas mas de 500 dólares para cualquier fin. Significan para la mayor parte de los compatriotas largas horas de trabajo y sacrificio. El estado debía caracterizarse por conducir la economía con austeridad y moderación. Incluso en aquellos días en los que el valor del billete dólar - que era la única mercancía valiosa - era de millón de pesos bolivianos.
Los edificios públicos eran monumentos nacionales, hitos urbanos que marcaban inclusive las paradas del transporte en pleno centro de la ciudad. Las lineas de colectivos y micros tenían como ruta de paso a, la alcaldía, la contraloría o la cervecería. Su mobiliario del sigo XIX se repetía en todas las instituciones. Sobrio, austero y moderado. Administrar la cosa publica era muy lucrativo paras los operadores pero tedioso y sombrío. Los comités políticos solía cambiar a los funcionarios cada cierto tiempo para evitar el enriquecimiento ilícito que a pesar de los esfuerzos terminaba por apoderarse de los “servidores”
Miles de personas hicieron caudales y fortunas “de la manga” del estado. Discretos e inadvertidos burócratas, los mas de traje y corbata, que sumaron importantes patrimonios. En la dictadura, los copiosos créditos permitieron que algunos de los edificios públicos crezcan hacia arriba en la ciudad. El banco central, el palacio de comunicaciones entre otros para ventura de los numerarios y las empresas constructoras.
Es duro disponer en un par de horas mas de 500 dólares para cualquier fin. Significan para la mayor parte de los compatriotas largas horas de trabajo y sacrificio. El estado debía caracterizarse por conducir la economía con austeridad y moderación. Incluso en aquellos días en los que el valor del billete dólar - que era la única mercancía valiosa - era de millón de pesos bolivianos.
Los edificios públicos eran monumentos nacionales, hitos urbanos que marcaban inclusive las paradas del transporte en pleno centro de la ciudad. Las lineas de colectivos y micros tenían como ruta de paso a, la alcaldía, la contraloría o la cervecería. Su mobiliario del sigo XIX se repetía en todas las instituciones. Sobrio, austero y moderado. Administrar la cosa publica era muy lucrativo paras los operadores pero tedioso y sombrío. Los comités políticos solía cambiar a los funcionarios cada cierto tiempo para evitar el enriquecimiento ilícito que a pesar de los esfuerzos terminaba por apoderarse de los “servidores”
Miles de personas hicieron caudales y fortunas “de la manga” del estado. Discretos e inadvertidos burócratas, los mas de traje y corbata, que sumaron importantes patrimonios. En la dictadura, los copiosos créditos permitieron que algunos de los edificios públicos crezcan hacia arriba en la ciudad. El banco central, el palacio de comunicaciones entre otros para ventura de los numerarios y las empresas constructoras.
El país cambió de semblante, los administrativos también. Solo había que aguantarse el toque de queda, la persecución, el odio, la segregación, pensar silenciosamente que no era una dictadura… solo una dictablanda y repetir sin sonrojase. Orden, Paz y Trabajo y olvidar a miles de exiliados, cientos de muertos y desaparecidos, a ojo cerrado.
Eramos muy jóvenes, militantes por la vida, en la mitad de lo que creímos el verano
Eramos muy jóvenes, militantes por la vida, en la mitad de lo que creímos el verano
Ni en los bacanales de las dictaduras se animaron a gastar 70 millones de dólares en el “Nuevo” edificio de la asamblea legislativa plurinacional. 33.3 millones de dólares del “Nuevo” palacio de gobierno, Mas de 100 millones de dólares de un tirón para complacer y agradar a funcionarios que con absoluta certeza - si la CPE se cumple finalmente - dejaran de serlo en un par de años mas. Los gastos del “Nuevo “ ministerio de economía 14 millones de dólares para 24 pisos y 700 funcionarios, incluidos los ascensores privados y blindados, las cuestionadas alfombras persas que seguramente ahora serán chinitas, las cortinas a control remoto (serán Bluetooth o WiFi, hasta ahora nade sabe) mesas de 95 mil bolivianos escritorios de 79 mil bolivianos o sillones de 20 mil. O los 9 millones y medio de dólares del edificio de YPFB corporativa para 15 pisos, incluidas las “salas club”, son solo un piojo tuerto.
Aun mas asombrosas son las cifras asistenciales de los dineros - mal planificados - de los programas (Evo cumple por ejemplo) en aulas, laboratorios, unidades educativas, canchas de césped natural y sintético, coliseos, tinglados, graderías, estadios, mercados, terminales de buses, vehículos y vías vecinales, que se gastaron 650 millones de dólares hasta el 2014.
Algo similar sucede en el Área privada, 2.000 millones de dólares han sido invertidos solo en la zona de Urubú en Santa Cruz hasta el 2015 y otros 4.000 millones esperan impacientes su desembolso, dirigidos a la vivienda los segmentos de clase media y alta de la población y los proyectos suman y siguen porque las propiedades se venden como pan caliente.
Algo huele raro en esta Bolivia Chino - Saudi, algún conjuro convirtió la patria llena de esperanza en una pista atlética de césped artificial donde solo el año pasado 2.300 mujeres se han diagnosticado cáncer del cuello del útero. Bolivia aun tiene la tasa mal alta de mortalidad materno infantil 230 mujeres, por cada 100 mil nacidos vivos se mueren. Cada día 48 personas registran un diagnostico de cáncer, mas del 60% son mujeres hay 50 niños que mueren de cada 1.000 que nacen vivos en Potosí. Bolivia ocupa el lugar 93 de 145 países del mundo y es el que obtiene peor puntuación de Sudamérica. Sumando Centroamérica y El Caribe solo está por delante de Haití, que se ubica en el lugar 107 y aun la gobernación del Departamento de La Paz no alcanza comprar un acelerador lineal y los pacientes - los de la seguridad social incluida- tienen que iniciar sus filas de atención a las 3 de la madrugada.
Algo estamos haciendo mal, los gobernantes y los gobernados.
La indiferencia del poder ante los mas pobres no solo raya en el olvido voluntario sino también en la exclusión. Los que fueron excluidos ahora son excluidores. Y el momento histórico esta dando lugar en los países limítrofes a cambios drásticos en las ideología de los partidos de gobierno y seguramente tardará mucho en volver.
A pesar de la reducción de la pobreza, esta Bolivia, no esta siendo capaz de universalizar los derechos civiles y sociales para las grandes mayorías y no estoy usando el imaginario de la COB o el paradigma minero para observarlo. Cerca del 25% de la población nacional en la indigencia y nuestros enfermos en las madrugadas hospitalarias (olvidados de las pujantes inversiones) lo saben bien.
Algo estamos haciendo mal, los gobernantes y los gobernados.
La indiferencia del poder ante los mas pobres no solo raya en el olvido voluntario sino también en la exclusión. Los que fueron excluidos ahora son excluidores. Y el momento histórico esta dando lugar en los países limítrofes a cambios drásticos en las ideología de los partidos de gobierno y seguramente tardará mucho en volver.
A pesar de la reducción de la pobreza, esta Bolivia, no esta siendo capaz de universalizar los derechos civiles y sociales para las grandes mayorías y no estoy usando el imaginario de la COB o el paradigma minero para observarlo. Cerca del 25% de la población nacional en la indigencia y nuestros enfermos en las madrugadas hospitalarias (olvidados de las pujantes inversiones) lo saben bien.