Guillermo Bedregal Gutiérrez, entonces ministro de relaciones exteriores boliviano, bajo el catecismo de “El enfoque fresco” del presidente Paz Estenssoro inspirado en las resoluciones de 1980, 1981 y 1983 de la OEA, referidas al “problema marítimo boliviano” suscritas por Chile ofreció en la reunión de cancilleres en Montevideo a consideración de Chile, una nueva propuesta referida a la causa marítima boliviana. Las diligencias entre ambas cancillerías se remontan a numerosas reuniones previas bilaterales de mutuo acuerdo sobre el tema, durante la asunción del presidente Virgilio Barco en Bogotá en Agosto de 1986, así como en New York unos meses después “a fin de sentar las bases de un futuro dialogo al mas alto nivel”. Fruto de esa última cita oficial, ambas cancillerías, crearon una “Comisión Binacional de Acercamiento” cuyos miembros se encontraron en Octubre en La Paz y en Santiago en Diciembre de 1986. De forma adicional el 6 de Junio de 1987 los matutinos de La Paz y Santiago publicaron simultáneamente (a petición de ambos gobiernos) los términos de la propuesta boliviana incluyendo los “gráficos que enseñaban la superficie del corredor y el carácter de los enclaves”. Finalmente el 18 de Abril de 1987 el “Planteamiento de Bolivia de una salida soberana al Océano Pacifico” fue oficialmente formalizado al canciller chileno en Montevideo, en una velada auspiciada por los buenos oficios y la mediación de un viejo amigo de Bedregal en Salamanca y en la CEPAL, el canciller uruguayo Enrique Iglesias. Es sorprendente que a pesar de los encuentros bilaterales previos, el comunicado conjunto estableciera (solamente) que “La Cita de Montevideo, (acordada anteriormente) solo tuvo por objeto conocer la posiciones de ambos países” (Comunicado conjunto Bolivia y Chile, Montevideo 1987) .
Si bien el acercamiento fue previa y profusamente negociado, el “desconocimiento de su contenido desconcertó a Chile”. Santiago se declaró “francamente sorprendido” y La Moneda posteriormente insinuó a las futuras gestiones bolivianas hallar una “búsqueda que se alejara de las concesiones relacionadas a territorios en negociaciones anteriores”. (Mauricio Quiroz Terán - 2012)
El “enfoque fresco” no agregaba casi nada nuevo, Bolivia presentó una propuesta que como en otras ocasiones volvía a insistir como solución, a la cesión de un corredor al norte de Arica y una segunda en la que planteaba tres posibilidades de cesión de un enclave sobre el litoral. El escenario donde se materializaron los hechos fue sutilmente construido por el Cónsul Boliviano en Santiago Jorge Siles Salinas. Siles, un irreconciliable adversario político de Paz Estenssoro, aceptó el Consulado en Santiago en bien de la nación gracias a su gran cercanía con Chile. Casado desde 1957 con la hermana del ministro de relaciones exteriores chileno en el gobierno de Pinochet, Jaime del Vale Alliende, por muchos años vivió, trabajó y enseñó en Santiago. Su esposa Doña María Eugenia del Valle de Siles dejó en Bolivia un legado inolvidable lleno de nobleza y señorío, además de una obra ejemplar, única en su genero y fundamental para la historiografía boliviana, sobre Túpac Katari a la que dedicó gran parte de su vida.
"La solución de pasillo”, una reposición de los acuerdos de Charaña fue inicialmente bien recibida y sin duda largamente tratada. En sus inicios obtuvo el visto bueno del propio Pinochet y del almirante José Toribio Merino quien luego de un breve lapso de tiempo, mostró una imprevista y obstinada oposición. La respuesta negativa chilena no tardó en llegar, el 9 de Junio de 1987, Santiago súbitamente descartó cualquier progreso en la gestión. “De todas las numerosas negociaciones entre Chile y Bolivia para tratar una salida al mar mediante asuntos que impliquen territorio, ninguna fue tan insólitamente interrumpida como esta, es lamentable e irresponsable el manejo de esta negociación desacreditando a Chile y causando agravio en un país vecino” (Oscar Pinochet de la Barra – Santiago - 2006)
Juan Miguel Bakula Patiño, incorporado a la diplomacia peruana desde 1934, director de la academia diplomática y embajador de Perú en Ecuador y en Francia, fue expresamente enviado a Santiago bajo el auspicio de su canciller Alan Wagner a solicitar una reunión reservada de 40 minutos el 23 de Mayo de 1986 con el ministro de relaciones exteriores chileno Del Valle. Bakula planteó entonces entre otros temas "confidenciales" la necesidad peruana de la delimitación de la “frontera marítima” entre ambos países. Del Valle le expresó: Eso es correcto. Ese es un problema que tenemos que estudiar. No lo podemos dejarlo para las calendas griegas. Y le sugirió: ¿Por qué no pasa usted un memorándum? Ese fue el instante fatal para el futuro de las aspiraciones bolivianas en curso. 936 palabras por medio del “memorándum publico 5-4M/147” de la cancillería peruana. El intento no era nuevo, un año antes, el embajador en misión especial Hugo Otero de la Torre, cofrade cercano de Alan García, días antes de que García fuera posesionado presidente en 1985 y bajo su encargo, había sostenido reuniones previas con Pinochet sobre el mismo tema. La preocupación peruana frente a los renovados, fructíferos (y familiares) acercamientos entre ambos países, - la hermana del militar chileno, Avelina Pinochet vivía en Bolivia. Augusto Pinochet visitó “ultra secretamente” Bolivia por 4 días La Paz y Cochabamba, donde tuvo una reunión con el alto mando de las FF.AA. en 1988 – (Oscar Fuentes - El Mercurio 26 de Diciembre – 2006) y la disposición expresada por Chile de aceptar “la convencía o la posibilidad de tratar nuevamente el tema marítimo boliviano”, dejo profundamente inquieta a la cancillería peruana.
Juan Bakula junto al Vicealmirante Guillermo “El Chiche” Faura fueron los progenitores intelectuales de la tesis peruana de la “delimitación de la nueva frontera marítima” que finalmente triunfó ante Chile en La Haya. Incansable coleccionista de documentos y mapas, autor de numerosos libros sobre las relaciones exteriores peruanas escribiría al respecto “Chile no estaba segura de su posición “ “Bolivia volvía a la carga por Arica” (Bakula, Entre la realidad y la utopía -180 años de política exterior" - 2002) y negó hasta el día de su muerte su tarea en la estrategia peruana hoy bien documentada.
El canciller peruano Alan Wagner Tizón, amigo personal de Guillermo Bedregal le advirtió en broma: “No nos vengan a salir con otro Charañazo”. (Bolivia y el acceso Soberano al Océano Pacifico - Isidro A. Baschar – Universidad del Salvador – Cochabamba 2012) Jaime Del Valle en una entrevista el 2011 expresó en Santiago que un embajador peruano “que no era el acreditado oficialmente en Chile le dijo que Perú no veía con buenos ojos la posibilidad de tener fronteras comunes con Bolivia en el norte de Chile”.
Ninguna de las afirmaciones previas cursan en la memoria chilena oficial. Un destacado diplomático chileno narraría reservadamente que, para enterarse, debió acceder a una bóveda blindada de la cancillería (acompañado por el almirante José Toribio Merino), con la prohibición de copiar nada y con el tiempo medido. El silencio de Pinochet y el radical cambio de actitud de Merino clausuraron el circuito, haciendo de la gestión Bákula un misterio casi perfecto (José Rodríguez Elizondo - Historia de 2 demandas Perú y Bolivia contra Chile, 2014)
La estrategia peruana en 1985 de los apristas Alan García y Edward Alan Wagner frente al nuevo empeño boliviano funcionó a la perfección. Esa fue tal vez la razón por la cual, el gobierno chileno frenó súbitamente el “enfoque fresco” cuya preparación fue cuidadosamente negociada con la cancillería boliviana y la causa de la respuesta lapidaria e inclemente hacia Bolivia de los medios de comunicación y de la opinión influyente en Chile, y probablemente de la respuesta negativa y sin matices de Santiago.
Ni Bakula ni Siles Salinas, ni Wagner quien fuera secretario general de la comunidad andina de naciones, ni Bedregal, ni Paz Estenssoro, ni Pinochet escribieron una letra respecto al tema y refiriéndose al asunto en Lima, se publicó: “Sería exagerado decir que esas relaciones con Bolivia han sido de mala vecindad, pero quizás sería más exagerado aún decir que han sido de buena vecindad» (Albero Ulloa – Política internacional del Perú – 1997)
30 años luego, los hechos salen a la luz.
"El Diario" 5 de Agosto 2017