sábado, 28 de febrero de 2015

Nestor Taboada Teran y el Mar Boliviano

En 


Acaso fue el encargo mas espinoso de su vida. Probablemente el mas comprometido. Sin duda el menos reconocido.
De 52 años, botas impecablemente pulidas, talla mediana y bigote. Fornido y retacón, peinado como un hacha en el medio el Gral. Juan Jose Torrez Gonzales presidente de facto de la república por 9 meses, hijo y nieto de soldados de la patria, solicitó verlo en su despacho.
Para Néstor Taboada Terán, entonces presidente de la Sociedad de Escritores de Bolivia, la noticia no fue una sorpresa.
Aguardaba ya por algún tiempo, la convocatoria oficial al entorno palaciego.
En su escritorio soleado, unos cuantos ejemplares de su ultimo libro “Mientras se oficia el escarnio” esperan ser distribuidos entre amigos y conferencias universitarias a las que asistía con regularidad. Los mantiene a la vista y ruega a Doña Palmira (su esposa) dejarlos siempre en medio del escritorio en una suerte de obsesión y compulsión que aun le dura.
Progresista y pragmático, Apasionado y loco. Periodista e idefectible narrador, Don Nestor nunca, en su exuberante imaginación - su mejor arte - repleta de tintas rojas y negras, pensó en ser candidato muy cercano a ganar el Premio Cervantes a las letras, 40 años luego.
Durante su larga y amable entrevista, S.E. le ruega encabezar una misión a Chile con el fin de interceder con el gobierno socialista de la Unidad Popular, el inicio de una negociación de la tan apreciada “Causa Marítima” boliviana.
Taboada Terán estuvo encantado con la misión. El presidente Torrez Gonzales, fruto de un golpe militar, llego al palacio, como resultado de negociaciones secretas entre la COB y representantes fabriles, universitarios y chóferes, el día 6 de octubre de 1970, cuando Bolivia tuvo en cuestión de horas 6 presidentes. Había dividido a su gabinete en 50% para los trabajadores y estudiantes y 25 % para los campesinos, en un gobierno tumultuoso que creo la única Asamblea Popular hasta ahora en la historia de Bolivia.

Al novelista, el presidente no le impresionó ni como un estadista ni menos aun como un pensador. Pero a todas luces era un patriota. Le confesó de su afición (bien guardada) al fútbol y su permanente e imperecedera pasión por el ejercito.
Don Nestor pensó: Este es un miembro indisoluble del ejercito Boliviano.
Acababa de concluir el proyecto nacionalizador: El complejo polimetalurgico de zinc - plomo - plata: Mina Matilde (una de las “patrias” vendidas a la Philips Brothers - U.S. Steel Corp y recuperada por ese breve gobierno revolucionario y cerrada desde 1987, esperando hasta hoy su rehabilitación) y de inaugurar luego de décadas de frustraciones para la nación la planta fundidora de Vinto.
A Néstor Taboada Terán le habían encomendado una fenomenal tarea por cumplir. Iba y venia a Santiago por requerimientos médicos de uno de sus vástagos. Amiguero y bohemio, conocía al dedillo los entretelones del anfiteatro intelectual santiaguino, mote y huesillo incluido. Había solicitado una entrevista al candidato Salvador Allende menos de cien días antes de su elección.

Necesitaba de un celestino, de un compañero de equipo para entrevistar a Allende. Rogó la adhesión del Dr. Huberto “Tito” Rhea Clavijo un reconocido facultativo boliviano, medico de Ernesto “Che” Guevara (como figura en su diario) y por entonces experto del Instituto Medico Legal chileno y testigo del primer informe oficial forense (rectificado luego) que aseguraba que el cuerpo del presidente Allende pesaba el doble de su peso natural debido a la enorme cantidad de munición que poseía el cadáver.
El entonces senador Allende, cercano a Rhea Clavijo, le concedió la cita, los primeros días de Septiembre de 1970 declarando entonces (cinta magnetofónica mediante) que “Toda vez que se ha producido una intervención imperialista en un país del continente, se ha hecho presente la repulsa de todos los pueblos latinoamericanos”. “Corresponde a cada pueblo juzgar libre y soberanamente la gestión de su respectivo gobierno.
“En el caso especifico de Bolivia es especialmente importante, ademas, todo cuanto pueda contribuir al establecimiento de las mas fraternales relaciones entre nuestros países”

Unas semanas luego, conformaron junto a Marcelo Quiroga Santa Cruz, Juan Lechín Oquendo, Ricardo Anaya Arze y Simon Reyes Rivera una muy frondosa delegación boliviana a la que sumaron intelectuales de toda America, invitados a la transmisión del mando de la presidencia en Chile.
La entrañable y gigantesca figura del barbado Julio Cortazar - media mas de 1.90 mt. - estuvo presente en el evento, encandilado por Cecilia Vicuña. Al rememorar esos días escribiría luego : “Yo estaba enamorado de Chile -chilenas incluidas- y eso se guarda en secreto”-



La ocasión fue propicia para que el discreto embajador Taboada Terán cumpliera la tarea encomendada. Precisa y sutilmente.
Salvador Allende Gossens de 63 años entonces, había publicado en “Higiene mental y delincuencia” en su juventud (que le sirvió de tesis en la Universidad de Chile en 1933 para obtener el título de Médico) que era urgente para Chile la creación de “Un trípode legislativo en defensa de la raza”- “Un tratamiento obligatorio de las toxicomanías, de las enfermedades venéreas, transformando en delito su contagio”- y una “Esterilización de los alienados mentales”. O que “La esterilización de los alcohólicos crónicos es obligatoria en el proyecto chileno”
Con frases tan obtusas pro - nazis, como: “Los hebreos se caracterizan por determinadas formas de delito: estafa, falsedad, calumnia y, sobre todo, la usura”. Pero esos deslices de juventud con atolondradas ideas propias de la doctrina y la "Colonia Dignidad" de los eugenésicos alemanes E. Bruecher y Hans Betzhold con un proyecto de ley de esterilización, fueron defendidas en secreto hasta el día su muerte y se mantuvieron ignoradas por mucho tiempo.

Caballero encorbatado vestido de tela inglesa y zapatos españoles, de amplio y espeso bigote, ya elegido presidente, solicitó la visita del escritor boliviano el jueves12 de Noviembre de 1970 en La Moneda. El plenipotenciario boliviano encubierto fue convocado por el abogado Mario Dimitri Osses Quiros jovencísimo poeta y entonces secretario General de la Juventud de la Presidencia de la República y miembro del Partido Social Democrata chileno. Osses Quiros afirmó públicamente hacen unos días, que Nestor Taboada Teran tenia esa misión encomendada por el presidente Torrez, pero Don Nestor Taboada Teran, gran Premio Nacional de Literatura muchos años luego, mantiene hasta hoy en el anonimato esas gestiones.
Juntos visitaron al “Compañero Presidente”
Son de todos conocidas las declaraciones del presidente Allende refiriéndose a Bolivia que están registradas también en cinta magnetofónica según escriben los protagonistas: “En este plan de reparación de injusticias, he resuelto que el hermano país de Bolivia retorne al mar.
“Se acabe el encierro que sufre desde 1879 por culpa de la intromisión del imperialismo inglés”
“No se puede condenar a un pueblo a cadena perpetua… un pueblo que esclaviza a otro no es libre”
“Caminaremos juntos en la gran tarea histórica de América Latina”
“Ha llegado la hora de la gran reparación de una injusticia cometida contra Bolivia”
“Chile tiene una centenaria deuda con Bolivia y estamos dispuestos a emprender una solución histórica”
“Bolivia retornará soberana a las costas del Pacífico” aseguró.

Profundamente conmovido, el mensajero encubierto nunca soñó ser testigo de semejantes afirmaciones. Salido de La Moneda, encontró el primer café abierto al publico y rebobinando su “cassette”, café y pastelillos en medio, las volvió a escuchar decenas de veces hasta quedar profundamente convencido. Casi como en un arco reflejo, en el primer taxi disponible se dirigió al consulado de Bolivia.
Sagaz, de formación demócrata cristiana, alta alcurnia criolla, vinculado a familias de “la rosca” Franz Ruck Uriburo Perez, consul boliviano en Santiago no pudo dar crédito a semejantes declaraciones oficiales del presidente chileno. Por su intensa forma de ver la vida, no dudo in un minuto en solicitar comunicarse con el canciller Taborga en La Paz, quien informó al presidente Torrez esa misma noche de las gestiones.
De tez clara,  Huáscar Taborga Torrico, un abogado cochabambino; ansioso y estirado, no muy sesudo por entonces y muy ligado a la Universidad Católica Boliviana en sus inicios, sociólogo y pedagogo, condujo por parte de Bolivia la negociación entre Santiago y en La Paz. No era internacionalista de gran calibre ni se anticipó a conocer a fondo, el peso especifico de cada enviado de las misiones chilena.
Nunca comprendió en su totalidad la magnitud de la tarea, ni estuvo a la altura de sus interlocutores a lo largo de toda la gestión. Prueba de ello no tiene una sola letra impresa de tan fenomenal quehacer, ni se le conocen testimonio o declaración publica al respecto.
Por su parte el presidente Allende convocó al dia siguiente al intermediario que trajo al embajador boliviano Mario Osses Quisos y a su canciller Clodomiro Almeyda Medina, profesor de filosofia, abogado, de pequeña estatura y frondoso bigote a un reunión privada en el palacio de La Moneda y les encargó que el asunto marítimo con Bolivia, vaya a ser resuelto con prontitud en "un acuerdo fraterno y pragmático”
Era impensable que un gobierno de izquierda en Chile en ese entonces, siguiera con la política, decidida en el mismo año (aun hoy vigente) de no aceptar siquiera conversar sobre las aspiraciones bolivianas para solucionar su mediterraneidad.
A juicio de los mas destacados historiadores bolivianos “Ambos chilenos que fueron los mejores receptores de nuestras legítimas aspiraciones, los más sinceros negociadores y unos verdaderos amigos de Bolivia.”
Osess Quiroz relataría luego: como se sabe, requeriría la anuencia de Perú. El hecho de militar los tres presidentes, Torres, Velasco Alvarado y Allende, en partidos de izquierda podría facilitar su importante misión y le ofreció al Presidente redactar un informe o propuesta sobre esta materia, lo que él de inmediato le fue encomendado, y que le fue entregado en menos de 48 horas.




Ese mismo día, les ordenó viajar a Bolivia a hablar con el presidente Juan José Torres. Mario Osses, un poco incrédulo preguntó al canciller Almeyda: “Don Cloro, ¿podríamos viajar mañana mismo?” Dicen que lo miró y se rió, diciéndole: "Mario, ¿acaso tú no crees en la revolución del General Torres?”. Ambos tenían la convicción de que se produciría otro golpe de Estado en Bolivia.
El embajador encomendado, cumplido el cometido con la perfección de un ilusionista desapareció del mapa, al tiempo que los diplomáticos bolivianos y chilenos gestionaron en una maravillosa romería sin éxito para Bolivia, el inconcluso acuerdo.
Pero ese es motivo de otra crónica en el futuro. Riquísima en condimentos y sinsabores.
Nestor Taboada Teran nunca más formó parte de ninguna misión oficial boliviana en esa negociación.
Huérfano e impago, con las palabras del presidente Allende en su grabadora y la retina aun dilatada por el interminable asombro, intentó sin éxito innumerables veces comunicarse con Juan Jose Torrez Gonzales. El presidente era preso de su propio entorno. Nunca lo recibió.
Gestionó aparecer en notas de prensa que nadie tomo en cuenta. Disertó, comunicó y propaló su versión a la rosa de los vientos.
En sus propias palabras, nadie le creyó nunca. Tildado como hasta nuestros días de comunista y andariego, nunca mas tuvo una convocatoria oficial para continuar sus gestiones de entonces en el asunto marítimo boliviano que muerto Allende, concluyo con su asesinato.



El maestro Nestor Taboada Teran ha publicado mas de 115 libros. Es miembro de la Academia Boliviana de la Lengua; Caballero de Honor de las Artes y Letras de la República de Francia, Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores, Medalla de Honor de la Sociedad Biográfica de Carolina del Norte, Estados Unidos