En
Acaso fue el encargo mas espinoso de su vida. Probablemente el mas comprometido. Sin duda el menos reconocido.
De 52 años, botas impecablemente pulidas, talla mediana y bigote.
Fornido y retacón, peinado como un hacha en el medio el Gral. Juan Jose
Torrez Gonzales presidente de facto de la república por 9 meses, hijo y
nieto de soldados de la patria, solicitó verlo en su despacho.
Para Néstor Taboada Terán, entonces presidente de la Sociedad de Escritores de Bolivia, la noticia no fue una sorpresa.
Aguardaba ya por algún tiempo, la convocatoria oficial al entorno palaciego.
En su escritorio soleado, unos cuantos ejemplares de su ultimo libro
“Mientras se oficia el escarnio” esperan ser distribuidos entre amigos y
conferencias universitarias a las que asistía con regularidad. Los
mantiene a la vista y ruega a Doña Palmira (su esposa) dejarlos siempre
en medio del escritorio en una suerte de obsesión y compulsión que aun
le dura.
Progresista y pragmático, Apasionado y loco. Periodista e
idefectible narrador, Don Nestor nunca, en su exuberante imaginación -
su mejor arte - repleta de tintas rojas y negras, pensó en ser
candidato muy cercano a ganar el Premio Cervantes a las letras, 40 años
luego.
Durante su larga y amable entrevista, S.E. le ruega
encabezar una misión a Chile con el fin de interceder con el gobierno
socialista de la Unidad Popular, el inicio de una negociación de la tan
apreciada “Causa Marítima” boliviana.
Taboada Terán estuvo
encantado con la misión. El presidente Torrez Gonzales, fruto de un
golpe militar, llego al palacio, como resultado de negociaciones
secretas entre la COB y representantes fabriles, universitarios y chóferes, el día 6 de octubre de 1970, cuando Bolivia tuvo en cuestión
de horas 6 presidentes. Había dividido a su gabinete en 50% para los
trabajadores y estudiantes y 25 % para los campesinos, en un gobierno
tumultuoso que creo la única Asamblea Popular hasta ahora en la historia
de Bolivia.
Al novelista, el presidente no le impresionó ni como
un estadista ni menos aun como un pensador. Pero a todas luces era un
patriota. Le confesó de su afición (bien guardada) al fútbol y su
permanente e imperecedera pasión por el ejercito.
Don Nestor pensó: Este es un miembro indisoluble del ejercito Boliviano.
Acababa de concluir el proyecto nacionalizador: El complejo
polimetalurgico de zinc - plomo - plata: Mina Matilde (una de las
“patrias” vendidas a la Philips Brothers - U.S. Steel Corp y recuperada
por ese breve gobierno revolucionario y cerrada desde 1987, esperando
hasta hoy su rehabilitación) y de inaugurar luego de décadas de
frustraciones para la nación la planta fundidora de Vinto.
A Néstor Taboada Terán le habían encomendado una fenomenal tarea por
cumplir. Iba y venia a Santiago por requerimientos médicos de uno
de sus vástagos. Amiguero y bohemio, conocía al dedillo los entretelones
del anfiteatro intelectual santiaguino, mote y huesillo incluido. Había
solicitado una entrevista al candidato Salvador Allende menos de cien
días antes de su elección.
Necesitaba de un celestino, de un
compañero de equipo para entrevistar a Allende. Rogó la adhesión del Dr.
Huberto “Tito” Rhea Clavijo un reconocido facultativo boliviano, medico
de Ernesto “Che” Guevara (como figura en su diario) y por entonces
experto del Instituto Medico Legal chileno y testigo del primer informe oficial
forense (rectificado luego) que aseguraba que el cuerpo del presidente
Allende pesaba el doble de su peso natural debido a la enorme cantidad
de munición que poseía el cadáver.
El entonces senador Allende,
cercano a Rhea Clavijo, le concedió la cita, los primeros días de
Septiembre de 1970 declarando entonces (cinta magnetofónica mediante)
que “Toda vez que se ha producido una intervención imperialista en un
país del continente, se ha hecho presente la repulsa de todos los
pueblos latinoamericanos”. “Corresponde a cada pueblo juzgar libre y
soberanamente la gestión de su respectivo gobierno.
“En el caso
especifico de Bolivia es especialmente importante, ademas, todo cuanto
pueda contribuir al establecimiento de las mas fraternales relaciones
entre nuestros países”
Unas semanas luego, conformaron junto a
Marcelo Quiroga Santa Cruz, Juan Lechín Oquendo, Ricardo Anaya Arze y
Simon Reyes Rivera una muy frondosa delegación boliviana a la que
sumaron intelectuales de toda America, invitados a la transmisión del
mando de la presidencia en Chile.
La entrañable y gigantesca figura
del barbado Julio Cortazar - media mas de 1.90 mt. - estuvo presente en
el evento, encandilado por Cecilia Vicuña. Al rememorar esos días
escribiría luego : “Yo estaba enamorado de Chile -chilenas incluidas- y
eso se guarda en secreto”-
La ocasión fue propicia para que el discreto embajador Taboada Terán cumpliera la tarea encomendada. Precisa y sutilmente.
Salvador Allende Gossens de 63 años entonces, había publicado en
“Higiene mental y delincuencia” en su juventud (que le sirvió de tesis
en la Universidad de Chile en 1933 para obtener el título de Médico)
que era urgente para Chile la creación de “Un trípode legislativo en
defensa de la raza”- “Un tratamiento obligatorio de las toxicomanías, de
las enfermedades venéreas, transformando en delito su contagio”- y una
“Esterilización de los alienados mentales”. O que “La esterilización de
los alcohólicos crónicos es obligatoria en el proyecto chileno”
Con
frases tan obtusas pro - nazis, como: “Los hebreos se caracterizan por
determinadas formas de delito: estafa, falsedad, calumnia y, sobre todo,
la usura”. Pero esos deslices de juventud con atolondradas ideas
propias de la doctrina y la "Colonia Dignidad" de los eugenésicos
alemanes E. Bruecher y Hans Betzhold con un proyecto de ley de
esterilización, fueron defendidas en secreto hasta el día su muerte y se
mantuvieron ignoradas por mucho tiempo.
Caballero encorbatado
vestido de tela inglesa y zapatos españoles, de amplio y espeso bigote,
ya elegido presidente, solicitó la visita del escritor boliviano el
jueves12 de Noviembre de 1970 en La Moneda. El plenipotenciario
boliviano encubierto fue convocado por el abogado Mario Dimitri Osses
Quiros jovencísimo poeta y entonces secretario General de la Juventud de
la Presidencia de la República y miembro del Partido Social Democrata
chileno. Osses Quiros afirmó públicamente hacen unos días, que Nestor
Taboada Teran tenia esa misión encomendada por el presidente Torrez,
pero Don Nestor Taboada Teran, gran Premio Nacional de Literatura muchos
años luego, mantiene hasta hoy en el anonimato esas gestiones.
Juntos visitaron al “Compañero Presidente”
Son de todos conocidas las declaraciones del presidente Allende
refiriéndose a Bolivia que están registradas también en cinta
magnetofónica según escriben los protagonistas: “En este plan de
reparación de injusticias, he resuelto que el hermano país de Bolivia
retorne al mar.
“Se acabe el encierro que sufre desde 1879 por culpa de la intromisión del imperialismo inglés”
“No se puede condenar a un pueblo a cadena perpetua… un pueblo que esclaviza a otro no es libre”
“Caminaremos juntos en la gran tarea histórica de América Latina”
“Ha llegado la hora de la gran reparación de una injusticia cometida contra Bolivia”
“Chile tiene una centenaria deuda con Bolivia y estamos dispuestos a emprender una solución histórica”
“Bolivia retornará soberana a las costas del Pacífico” aseguró.
Profundamente conmovido, el mensajero encubierto nunca soñó ser testigo de semejantes afirmaciones. Salido de La Moneda, encontró el primer café abierto al publico y rebobinando su “cassette”, café y pastelillos en medio, las volvió a escuchar decenas de veces hasta quedar profundamente convencido. Casi como en un arco reflejo, en el primer taxi disponible se dirigió al consulado de Bolivia.
Sagaz, de formación demócrata cristiana, alta alcurnia criolla, vinculado a familias de “la rosca” Franz Ruck Uriburo Perez, consul boliviano en Santiago no pudo dar crédito a semejantes declaraciones oficiales del presidente chileno. Por su intensa forma de ver la vida, no dudo in un minuto en solicitar comunicarse con el canciller Taborga en La Paz, quien informó al presidente Torrez esa misma noche de las gestiones.
De tez clara, Huáscar Taborga Torrico, un abogado cochabambino; ansioso y estirado, no muy sesudo por entonces y muy ligado a la Universidad Católica Boliviana en sus inicios, sociólogo y pedagogo, condujo por parte de Bolivia la negociación entre Santiago y en La Paz. No era internacionalista de gran calibre ni se anticipó a conocer a fondo, el peso especifico de cada enviado de las misiones chilena.
Nunca
comprendió en su totalidad la magnitud de la tarea, ni estuvo a la
altura de sus interlocutores a lo largo de toda la gestión. Prueba de
ello no tiene una sola letra impresa de tan fenomenal quehacer, ni se le
conocen testimonio o declaración publica al respecto.
Por su
parte el presidente Allende convocó al dia siguiente al intermediario
que trajo al embajador boliviano Mario Osses Quisos y a su canciller
Clodomiro Almeyda Medina, profesor de filosofia, abogado, de pequeña
estatura y frondoso bigote a un reunión privada en el palacio de La
Moneda y les encargó que el asunto marítimo con Bolivia, vaya a ser
resuelto con prontitud en "un acuerdo fraterno y pragmático”
Era
impensable que un gobierno de izquierda en Chile en ese entonces,
siguiera con la política, decidida en el mismo año (aun hoy vigente) de
no aceptar siquiera conversar sobre las aspiraciones bolivianas para
solucionar su mediterraneidad.
A juicio de los mas destacados
historiadores bolivianos “Ambos chilenos que fueron los mejores
receptores de nuestras legítimas aspiraciones, los más sinceros
negociadores y unos verdaderos amigos de Bolivia.”
Osess Quiroz
relataría luego: como se sabe, requeriría la anuencia de Perú. El hecho
de militar los tres presidentes, Torres, Velasco Alvarado y Allende, en
partidos de izquierda podría facilitar su importante misión y le
ofreció al Presidente redactar un informe o propuesta sobre esta
materia, lo que él de inmediato le fue encomendado, y que le fue
entregado en menos de 48 horas.
Ese mismo día, les ordenó viajar a
Bolivia a hablar con el presidente Juan José Torres. Mario Osses, un
poco incrédulo preguntó al canciller Almeyda: “Don Cloro, ¿podríamos
viajar mañana mismo?” Dicen que lo miró y se rió, diciéndole: "Mario,
¿acaso tú no crees en la revolución del General Torres?”. Ambos tenían
la convicción de que se produciría otro golpe de Estado en Bolivia.
El embajador encomendado, cumplido el cometido con la perfección de un
ilusionista desapareció del mapa, al tiempo que los diplomáticos
bolivianos y chilenos gestionaron en una maravillosa romería sin éxito
para Bolivia, el inconcluso acuerdo.
Pero ese es motivo de otra crónica en el futuro. Riquísima en condimentos y sinsabores.
Nestor Taboada Teran nunca más formó parte de ninguna misión oficial boliviana en esa negociación.
Huérfano e impago, con las palabras del presidente Allende en su
grabadora y la retina aun dilatada por el interminable asombro, intentó
sin éxito innumerables veces comunicarse con Juan Jose Torrez Gonzales. El presidente era preso de su propio entorno. Nunca lo recibió.
Gestionó aparecer en notas de prensa que nadie tomo en cuenta. Disertó, comunicó y propaló su versión a la rosa de los vientos.
En sus propias palabras, nadie le creyó nunca. Tildado como hasta
nuestros días de comunista y andariego, nunca mas tuvo una convocatoria
oficial para continuar sus gestiones de entonces en el asunto marítimo
boliviano que muerto Allende, concluyo con su asesinato.
El
maestro Nestor Taboada Teran ha publicado mas de 115 libros. Es miembro
de la Academia Boliviana de la Lengua; Caballero de Honor de las Artes y
Letras de la República de Francia, Faja de Honor de la Sociedad
Argentina de Escritores, Medalla de Honor de la Sociedad Biográfica de
Carolina del Norte, Estados Unidos
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