Un gran
numero de autoridades y cronistas chilenos ha emitido criterios adversos
respecto a la “sorpresiva inspección” de la plana mayor política boliviana a
los puertos de libre transito de Arica y Antofagasta. En una entrevista a CNN de Chile,
el ex secretario general de la OEA afirmó que "este es el peor momento en
cien años en las relaciones con Bolivia que yo recuerde". Fernando García Naddaf, profesor
de Ciencias Políticas de la Universidad Diego Portales, cree que relaciones entre Chile y Bolivia están llegando a un punto de no
retorno. Desde 1977 no sucedía un gesto de esta envergadura que nos sitúa en
el momento de peor relación con el vecino país a nivel diplomático, hay que insistir en que como no
hay relaciones diplomáticas con Bolivia no se pueden hacer otras
manifestaciones mayores. "Este es el mayor gesto que puede hacerse
antes de romper relaciones consulares definitivamente". La visita privada y sin invitación del Canciller boliviano
y otras autoridades a las instalaciones portuarias de libre tránsito boliviano,
ha sido la última de un conjunto de acciones que emprenden autoridades de ese
país, cuyo único resultado ha sido llevar las relaciones entre ambos países a
su peor nivel en el ultimo tiempo. (Boris Yopo, El Mostrador, 20 JUL 2016)
"Ningún gobierno boliviano llevó la relación con
Chile a un nivel tan bajo en 100 años”, denunció el canciller chileno, tras la
visita el lunes de su homólogo boliviano al puerto de Arica, el
periodista Ascanio Cavallo, a cargo de la estrategia de comunicaciones chilena
frente a la demanda en La Haya, coincide en que “es irreversible esta actitud
beligerante”. “El gobierno de Evo Morales ha tomado la actitud que
efectivamente pareciera no tener vuelta y que va a dañar las relaciones entre
Chile y Bolivia con una profundidad que no conocíamos”
Olvidan nuestros detractores lo sucedido en el pasado.
Luego del trauma de la derrota y frente a los enormes
problemas que tenía la república e incitados por la necesidad de reorganizar el
país, el 25 de Mayo de 1880 Bolivia convocó una “Convención Nacional” en la
ciudad de La Paz. La convención (entre otras cosas) definió el esquema
diplomático de Bolivia que debía tratar la cuestión de la guerra con Chile. Las
conclusiones sostuvieron que “hasta donde les fue posible se velaría la defensa
de la integridad territorial ante cualquier intento de nuevos despojos”. Dos altos dignatarios de esa asamblea
fueron designados como embajadores plenipotenciarios Belisario Salinas y
Belisario Boeto para que viajaran a Santiago en una misión de alto nivel, con
el objeto de que “mientras llegue la oportunidad un tratado definitivo de paz”
con Chile, se negociara un “pacto de tregua”.
A pesar
de eso, el General Campero en un arranque difícil de descifrar (como la mayor
parte de la conducta diplomática boliviana) resolvió en
persona partir desde La Paz, con 4.000 hombres y un fuerte parque de artillería
a auxiliar a Arequipa. No llegó a recorrer 20 kilómetros cuando llegó a sus
oídos que el ejército chileno había tomado la ciudad de Arequipa el 29 de
Octubre de 1883 sin disparar un cartucho. En esa ocasión, se trazó un plan de
retirada a Puno para unir allí las fuerzas de los países aliados y resistir
juntas al invasor. Simultáneamente en Santiago, el presidente Domingo Santa María, conocedor
de la fuerza de tareas boliviana y fiel a la naturaleza impetuosa de la
diplomacia chilena, resolvió “devolverle la mano”. Ordenó a su ministro de
guerra Rafael Sotomayor que mientras el recibiría en La Moneda a los
diplomáticos bolivianos, dispusiera que su comandante en jefe Patricio Lynch,
preparara una expedición de 15.000 hombres, que partiendo de Arequipa al mando
del coronel Velásquez se acantonaran en
Puno y desde allá invadieran Bolivia hasta ocupar la Paz.
La orden
de La Moneda incluyó se “filtrara” la información cablegráfica para que esta
estuviese disponible para las cancillerías peruana y boliviana mientras las
conversaciones seguían apaciblemente en Santiago. Campero muy contrariado, ya de vuelta,
declaraba la ley marcial en Bolivia. Santa María ordenó en Chile deshacer la expedición,
que ya no tenía objeto alguno.
El 29 de
Marzo de 1884 el presiente Santa Maria escribirá a Soffia:
“Después de tantas conferencias, de tantas idas y
venidas y de instrucciones pedidas, de instrucciones venidas o negadas, rompí
ayer con los diplomáticos bolivianos que son de especialísima escuela. ¡No
conozco gente parecida a la boliviana! ¡Es el indio vivo, torpe, taimado y
hecho por el mal” (Encina 1949-52, T XVIII: 119)
El 3 de abril de 1880, los señores Salinas y Boeto
expresaron en carta al General Narciso Campero:
"Fuimos
invitados a una nueva conferencia con el Presidente de la República y el
Ministro de Relaciones Exteriores, para examinar un proyecto de protocolo
final. Se nos ha dado plazo hasta mañana para aceptarlo o rechazarlo. No cabe
duda que la invasión a Bolivia se ha hecho inminente. Nuestros medios de
defensa serían demasiado deficientes para contrarrestar el ataque de un
ejército numeroso, aguerrido, bien armado y mejor preparado. Las calamidades de
una guerra, los estragos de una ocupación violenta de nuestras ciudades y
aldeas y la vergüenza de una posible derrota se han presentado a nuestras
conciencias de una manera abrumadora y en situación de poder alejar estos
peligros hemos resuelto suscribir la tregua” (Roberto Querejazu Calvo,
Aclaraciones Históricas sobre la guerra del Pacifico, La Paz)
Chile y
Bolivia celebraron el 20 de octubre de 1904, un tratado de paz y amistad. Olvidan
los diplomáticos chilenos la declaración formal del plenipotenciario chileno en
La Paz, Abraham König del 13 de Agosto de 1900 (La Moneda aclaró posteriormente
con argucia que fue inconsulta) que a la letra dice: "Es un error muy
esparcido, y se que se repite a diario, en la prensa y en la calle, el afirmar
que Bolivia tiene derecho a exigir un puerto en compensación de su
litoral". "No hay tal cosa. Chile ha ocupado el litoral y se ha
apoderado de él con el mismo título con que Alemania anexó al imperio la
Alsacia y la Lorena. “Nuestros derechos nacen de la victoria, la ley suprema de
las naciones". "Que el litoral es rico y valía muchos millones, eso
ya lo sabíamos. Lo guardamos porque vale, porque si nada valiera no habría
interés en su conservación". "Terminada la guerra, la nación
vencedora impone sus condiciones y exige el pago de los gastos ocasionados.
Bolivia fue vencida; no tenía con qué pagar y pagó con el litoral".
"Esta entrega es indefinida, por tiempo indefinido, así lo dice el pacto
de tregua indefinida; fue una entrega absoluta, incondicional, perpetua".
"En consecuencia, Chile no debe nada, no está obligado a nada, mucho menos
a la cesión de una zona de terreno y de un puerto".
Nadie tiene dudas de que las diligencias
bolivianas en los puertos de libre transito chileno fueron ingenuas y
desatentas. Es evidente que los preceptos mas elementales en cuanto al
comportamiento y ejercicio diplomático han sido quebrantados deliberadamente
por la numerosa delegación boliviana. “Se ha cometido un error diplomático
muy serio” ha expresado un ex embajador con algo de nostalgia.
André
Maurois escribiera, a saber, que la diplomacia es “el arte de exponer la
hostilidad con cortesía, la indiferencia con interés y la amistad con
prudencia”. La importancia de su práctica radica en la versatilidad de los
funcionarios, cuyas actividades giran en torno a la generación de información
seria y desinteresada, la minimización de las fricciones potenciales entre los
países, evitando con prudencia los numerosos escollos de la política interna y
promoviendo el fomento de las relaciones amistosas entre los Estados soberanos.
La excusa de los “nuevos tiempos” repleta
de populares personajes descorbatados y poco pertinentes en Bolivia no impide un
ejercicio diplomático fino, cordial y delicado para el que hay que prepararse con
o sin corbata en Bolivia con erudición, inteligencia y firmeza en el futuro. Las
causas de “La Haya” nos lo exige.
Pero afirmar desprolijamente que “este
es el peor momento en cien años en las relaciones con Bolivia” y que “ningún gobierno boliviano llevó
la relación con Chile a un nivel tan bajo en 100 años”, es un exceso de corte
patriotero y chauvinista de personajes chilenos que desconocen premeditadamente
las historia previa entre ambas naciones.
Y para muestra basta un botón.
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