Melgarejo con Vergara Albano y Carlos Walker (ambos sin uniforme militar)
Fornido, alto, mal proporcionado, de cabeza pequeña y triangular enmarcada por una barba espesa, enfundado de día y de noche en botas de montar. Hijo de Justo Valencia e Ignacia Melgarejo, una criolla 15 años, nacido en Tarata un 13 de Abril de 1820, Mariano Melgarejo fue dueño y señor de Bolivia durante 6 largos años. Prácticamente analfabeto, famoso por sus excesos, fue el único boliviano en toda la historia nominado general de división del ejercito chileno, así como doctor “honoris causa” de la universidad de Chile. Las comunicaciones oficiales de ese tiempo empezaban siempre así: “Mariano Melgarejo; benemérito de la patria en grado heroico y eminente (de la batalla de Ingavi), gran ciudadano de Bolivia, Presidente de la República y Capitán General de sus Ejércitos; conservador del orden y la paz pública, Gran Cruz de la imperial orden del Crucero del Brasil, General de división de Chile. Doctor honoris causa de la universidad de Chile ”
Chile había invadido en los hechos Mejillones y explotaba arbitraria y comercialmente los recursos bolivianos. Asediado por España, aspiraba con urgencia un tratado de limites porque el congreso boliviano, unos años antes (en el gobierno de Achá) había sugerido al poder ejecutivo el 5 de Junio de 1863, “tomar acciones bélicas contra el invasor”. Bolivia declaró su “neutralidad” en el conflicto chileno - español. Hasta marzo de 1866 Santiago no había acreditado embajador alguno, pese a que el gobierno boliviano había enviado misones oficiales a lo largo de siete años. Inquieta, la diplomacia chilena, envió en una delegación expresa a Benjamín Vicuña Mackenna quien a bordo de vapor “Chile” en la rada de Cobija intentara revertir esa neutralidad. “Chile levanta con sus dos manos el estandarte de la América.… olvidemos amigo nuestras pequeñas rencillas… coopere con su gobierno a la obra santa” escribiera a Juan Muñoz Cabrera plenipotenciario de Bolivia en Chile. Muñoz fue capaz de convencer a un Melgarejo, conmovido por las letras de Vicuña, de abandonar la neutralidad (Diez meses de misión en Estados Unidos de América – Benjamín Vicuña Mackenna - 1867).
Con el propósito de explotar la romántica sensiblería boliviana e intentar el apoyo de La Paz, fueron designados en la misión chilena en Bolivia Aniceto Vergara Albano y Carlos Walker Martínez. El mismo día en el que el embajador chileno entregaba sus cartas credenciales a un enfebrecido Melgarejo, a este se le ocurrió declarar “feriado nacional en honor a Chile y nombrar a la fecha, dia de la confraternidad americana, embanderando la ciudad”. El decreto supremo de entonces, 16 de Marzo 1866, estableció que “las fronteras de Bolivia son meras líneas matemáticas y todo americano, con sólo pisar suelo boliviano, adquiría los mismos derechos que los nacidos en él, con la excepción de los tres cargos públicos jerárquicos más altos”. (Conrado Ríos Gallardo – Chile y Bolivia definen sus fronteras - 1963) Los invitados participaron de un suntuoso desfile militar y escolar. Fué tan marcada su ineptitud que cierta vez, uno de sus guardias lo observó tomar un diario, pero al revés. Al informarle sobre su error Melgarejo le respondió: "¡Carajo! ¡El que sabe leer, lee nomás".
La misión chilena no pudo disimular su asombro. Perplejos, los diplomáticos chilenos emprendieron una cruzada para seducir al presidente boliviano. Su primera acción fue nominar en todos sus escritos a Melgarejo, “El hombre del siglo, primer soldado americano" y "emulo de Napoleón y Bolívar". (Eduardo Machicado Saravia – Flavio Machicado Silva – La guerra del pacifico - 2015) para luego participar fielmente de cuanta velada y juerga civil o eclesiastica organizara el presidente boliviano. Carlos Walker Martínez casado con la dama boliviana Sofía Linares Frías, única hija única del ex presidente José María Linares y quien estaba estrechamente relacionada con los mas altos niveles de la política y actividad empresarial y la cúpula militar boliviana, fue el primer agente de la inteligencia chilena en Bolivia (Servicio Secreto Chileno en la guerra del Pacifico – Guillermo Parvex – Santiago - 2017). De grueso bigote, parte de la élite boliviana, amigo íntimo de Mariano Baptista Caserta, fué el primer extranjero en tener en sus manos el tratado ultra secreto de la alianza defensiva entre Perú y Bolivia de 1873 y al obtenerlo irregularmente, transcribió el texto a su gobierno, sin ningún atisbo de duda.
Por su parte el jefe de la misión Aniceto Vergara gestionó el envío de un caballo desde el sur chileno, un jamelgo blanco y criollo de gran alzada probablemente oriundo de Copiapo al que Melgarejo llamo “Holofernes”. "El animal permanecía en los salones del palacio de gobierno en las recepciones ofrecidas y fue adiestrado para beber cerveza hasta alcanzar la embriaguez. Doña Juana Sanchez deambulaba completamente desnuda por los salones en presencia de los invitados" (Eduardo Galeno - Las caras y las mascaras – 1984). Y los intelectuales chilenos de la epoca, a pesar de sus pesares, elogiaban desproporcionadamente al mandatario boliviano “Melgarejo es una figura que sin irradiar la luz de una alta inteligencia… ni la grandeza de alma que va unida al sentimiento de la justicia, aparece como colosal en el cuadro en el que se le contemple” (La legación de Chile en Bolivia - Juan Sotomayor Valdez – 1872)
Fornido, alto, mal proporcionado, de cabeza pequeña y triangular enmarcada por una barba espesa, enfundado de día y de noche en botas de montar. Hijo de Justo Valencia e Ignacia Melgarejo, una criolla 15 años, nacido en Tarata un 13 de Abril de 1820, Mariano Melgarejo fue dueño y señor de Bolivia durante 6 largos años. Prácticamente analfabeto, famoso por sus excesos, fue el único boliviano en toda la historia nominado general de división del ejercito chileno, así como doctor “honoris causa” de la universidad de Chile. Las comunicaciones oficiales de ese tiempo empezaban siempre así: “Mariano Melgarejo; benemérito de la patria en grado heroico y eminente (de la batalla de Ingavi), gran ciudadano de Bolivia, Presidente de la República y Capitán General de sus Ejércitos; conservador del orden y la paz pública, Gran Cruz de la imperial orden del Crucero del Brasil, General de división de Chile. Doctor honoris causa de la universidad de Chile ”
Chile había invadido en los hechos Mejillones y explotaba arbitraria y comercialmente los recursos bolivianos. Asediado por España, aspiraba con urgencia un tratado de limites porque el congreso boliviano, unos años antes (en el gobierno de Achá) había sugerido al poder ejecutivo el 5 de Junio de 1863, “tomar acciones bélicas contra el invasor”. Bolivia declaró su “neutralidad” en el conflicto chileno - español. Hasta marzo de 1866 Santiago no había acreditado embajador alguno, pese a que el gobierno boliviano había enviado misones oficiales a lo largo de siete años. Inquieta, la diplomacia chilena, envió en una delegación expresa a Benjamín Vicuña Mackenna quien a bordo de vapor “Chile” en la rada de Cobija intentara revertir esa neutralidad. “Chile levanta con sus dos manos el estandarte de la América.… olvidemos amigo nuestras pequeñas rencillas… coopere con su gobierno a la obra santa” escribiera a Juan Muñoz Cabrera plenipotenciario de Bolivia en Chile. Muñoz fue capaz de convencer a un Melgarejo, conmovido por las letras de Vicuña, de abandonar la neutralidad (Diez meses de misión en Estados Unidos de América – Benjamín Vicuña Mackenna - 1867).
Con el propósito de explotar la romántica sensiblería boliviana e intentar el apoyo de La Paz, fueron designados en la misión chilena en Bolivia Aniceto Vergara Albano y Carlos Walker Martínez. El mismo día en el que el embajador chileno entregaba sus cartas credenciales a un enfebrecido Melgarejo, a este se le ocurrió declarar “feriado nacional en honor a Chile y nombrar a la fecha, dia de la confraternidad americana, embanderando la ciudad”. El decreto supremo de entonces, 16 de Marzo 1866, estableció que “las fronteras de Bolivia son meras líneas matemáticas y todo americano, con sólo pisar suelo boliviano, adquiría los mismos derechos que los nacidos en él, con la excepción de los tres cargos públicos jerárquicos más altos”. (Conrado Ríos Gallardo – Chile y Bolivia definen sus fronteras - 1963) Los invitados participaron de un suntuoso desfile militar y escolar. Fué tan marcada su ineptitud que cierta vez, uno de sus guardias lo observó tomar un diario, pero al revés. Al informarle sobre su error Melgarejo le respondió: "¡Carajo! ¡El que sabe leer, lee nomás".
La misión chilena no pudo disimular su asombro. Perplejos, los diplomáticos chilenos emprendieron una cruzada para seducir al presidente boliviano. Su primera acción fue nominar en todos sus escritos a Melgarejo, “El hombre del siglo, primer soldado americano" y "emulo de Napoleón y Bolívar". (Eduardo Machicado Saravia – Flavio Machicado Silva – La guerra del pacifico - 2015) para luego participar fielmente de cuanta velada y juerga civil o eclesiastica organizara el presidente boliviano. Carlos Walker Martínez casado con la dama boliviana Sofía Linares Frías, única hija única del ex presidente José María Linares y quien estaba estrechamente relacionada con los mas altos niveles de la política y actividad empresarial y la cúpula militar boliviana, fue el primer agente de la inteligencia chilena en Bolivia (Servicio Secreto Chileno en la guerra del Pacifico – Guillermo Parvex – Santiago - 2017). De grueso bigote, parte de la élite boliviana, amigo íntimo de Mariano Baptista Caserta, fué el primer extranjero en tener en sus manos el tratado ultra secreto de la alianza defensiva entre Perú y Bolivia de 1873 y al obtenerlo irregularmente, transcribió el texto a su gobierno, sin ningún atisbo de duda.
Por su parte el jefe de la misión Aniceto Vergara gestionó el envío de un caballo desde el sur chileno, un jamelgo blanco y criollo de gran alzada probablemente oriundo de Copiapo al que Melgarejo llamo “Holofernes”. "El animal permanecía en los salones del palacio de gobierno en las recepciones ofrecidas y fue adiestrado para beber cerveza hasta alcanzar la embriaguez. Doña Juana Sanchez deambulaba completamente desnuda por los salones en presencia de los invitados" (Eduardo Galeno - Las caras y las mascaras – 1984). Y los intelectuales chilenos de la epoca, a pesar de sus pesares, elogiaban desproporcionadamente al mandatario boliviano “Melgarejo es una figura que sin irradiar la luz de una alta inteligencia… ni la grandeza de alma que va unida al sentimiento de la justicia, aparece como colosal en el cuadro en el que se le contemple” (La legación de Chile en Bolivia - Juan Sotomayor Valdez – 1872)
Vergara Albano del brazo de Mariano Melgarejo
A inicios de junio de 1866 se afinaron las negociaciones entre Aniceto Vergara y Donato Muñoz para establecer las bases del primer tratado de limites entre ambos países. El chileno fue instruido por su canciller para conceder a Bolivia la iniciativa para lograr un convenio que fuera "razonable". El representante boliviano remitió a Vergara las bases para un acuerdo en el que argumentaba que: "siendo vagos y mal definidos los límites que dividen a las dos repúblicas por la parte del desierto de Atacama, la armonía que debe existir entre ellas, a la par que la justicia y la equidad..., se reconocería (de manera inversoimil) la soberanía de Bolivia desde el paralelo 24º hasta los límites Orientales con Chile. “No obstante la división territorial, las repúblicas de Bolivia y Chile se repartirían por la mitad los productos provenientes de la explotación de guano descubiertos en Mejillones y los depósitos del mismo abono que se descubran en el territorio de los paralelo 24ª y 25ª de latitud meridional”. El chileno remitió las bases de este acuerdo a su gobierno mediante una nota fechada el 3 de junio, señalando su conformidad ... en cuanto a la repartición equitativa de los recursos.
Con el proposito de impulsar el ánimo del mandatario boliviano, el 17 de Agosto de 1866 “el congreso chileno le concede el titulo de general de division con los honores y preminencias anexas a Don Mariano Melgarejo quien gozará de sueldo correspondiente mientras resida o permanezca en Chile”. El mismo Aniceto Vergara le suministró el uniforme y la primera papeleta de pago. “Vos tenéis el honor ser el primero que ha borrado las fronteras de un estrecho provincialismo, declarando que todos los americanos del sur son hijos de Bolivia. El pueblo chileno os envía, con el título que acabais de recibir, su tributo de entusiasmo y amor” le recalcó. (Jorge Escobari Cusicanqui – El desvio del rio Mauri – 1969). Se nombraron generales tambien a los presidentes de Peru y Ecuador. Al presidente boliviano se le llenaron los ojos de lagrimas y solia vestir el uniforme, con una franja dorada en el pantalon, en todas las ocasiones posibles y ante el menor reclamo afirmaba: “Mandaré en Bolivia hasta que me de la gana y al primero que me la quiera jugar, lo hago patear en media plaza”.
A los pocos días en una ceremonia llena de pompa y solemnidad, ataviado con un sobrero de copa y una capa de paño purpura, le entregaron el nombramiento de “Doctor Honoris Causa de la Universidad de Chile”. La malas lenguas dijeron que había recibido adicionalmente una cuantiosa suma en un banco extranjero. El obsequioso tratado fue firmado en Santiago el 25 de agosto de 1866. Respecto a su autoría, Melgarejo en una nota dirigida a su embajador en Chile escribiera el 1 de Octubre de 1866 “He sabido que usted ha promovido una polémica atribuyéndose la redacción del tratado entre Chile y Bolivia. En honor a la verdad todo, en su mayor parte, es obra del señor Vergara Albano” Embajador de Chile (Roberto Querejazu Calvo - Aclaraciones históricas sobre la guerra del pacifico – 1995) Para efectos de su aprobacion congresal, los parlamentarios disidentes huyeron despavoridos, la orden presidencial fue encontrarlos e intimarlos para la firma. Dos compañias en apronte fueron emplazadas en armas en la plaza Murillo hasta conseguir su aceptacion. Aniceto Vergara Albano fue nombrado ministro de hacienda boliviano y al rechazar su nombramiento, embajador de Bolivia en Chile.
El 11 de junio de 1871, un tribunal en Potosi denominado “Jurado Nacional” encabezado por Heriberto Gutierrez juzgó a Mariano Melgarejo, a su embajador Mariano Donato Muñoz, presente en la sala, y a todo su gabinete, acusandolos de “traición a la patria, falsificacion de la moneda, destierro de intelectuales (de la epoca) abuso de autoridad, rotura del orden constitucional, asesinato por fusilamiento, vejaciones, ultraje, allanamieto y flagelación”. Se los declaró públicamente “reos y delincuentes” sin establecer pena alguna (Juicio Nacional sobre los Actos de los Mandatarios – La Paz – 1872)
El craneo de Melgarejo es reverenciado aún hoy, cubierto de la bandera nacional, con devocion y sirios en la iglesia de su natal Tarata.
Parte de esta crónica es ficción. Escoja usted cual
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